Líbrame de la prueba
Escucha mi clamor, porque estoy muy afligido.
Líbrame de los que me persiguen, porque son más fuertes que yo.
Salmos 142:6
Estas
palabras las mencionó el rey David
estando en una condición precaria, se encontraba en una cueva, fingiéndose demente, incluso hasta dejaba su saliva caer sobre su barba. El
libro de Samuel dice;
“Y cambió su manera de comportarse delante de ellos, y se fingió
loco entre ellos, y escribía en las portadas de las puertas, y dejaba correr la
saliva por su barba.
( 1 Samuel 21:13)
( 1 Samuel 21:13)
Tal
vez nuestra condición no sea tan extrema como la que enfrentaba David, pero sí
hemos pensado como David, que nuestros enemigos son más fuertes que nosotros.
En
la carta a los Corintios encontramos una maravillosa promesa que se nos da a
todos los cristianos.
No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero
fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino
que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis
soportar.

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